En 1965 coleccionaba insignias y placas, vagando con grupos del club en las montañas de Beskidy y Karkonosze. Entrenaba también levantando pesas en el Metalúrgico Club Deportivo “Szopienice”. He obtenido un resultado bastante bueno- 325 kg e iba a participar en una competición. Al final no he participado

Toqué rocas por primera vez una tarde de sábado; el 4 de septiembre de 1965. A partir de aquel momento todo lo demás dejó de importar. Mi amigo me llevó a Podlesice: un lugar con piedras calizas con una altura de 20 metros, donde había visto a la gente escalando una pared vertical. La toqué, me elevé y sentí que no solo me sujetaba, sino que también la podía conquistar. Así descubrí un mundo completamente nuevo para mí: el mundo vertical.

El reclutamiento obligatorio al servicio militar lo considero como una derrota. Me he tenido que separar durante 2 años de lo que se ha convertido en la esencia y plenitud de mi vida: de las montañas.

Cuando por fin volvimos a la vida civil, decidimos realizar la subida “directísima” invernal a Kazalnica. (…) En la mitad del segundo día de escalada, la cuerda se congeló, y causó la caída y muerte de mi compañero Piotrek Skorupa. Por primera vez que me tocó ver la tragedia en las montañas y muerte de mi amigo. Estaba en shock. Me pregunté a mí mismo: ¿merece la pena seguir?, ¿esto tiene algún sentido? Tenía un terrible dilema: la montañas seguían atrayéndome, pero el sentido común decía: ¡déjalo!.

En 1972, con Janusz Skorek y Zbyszek Wach realizamos la directísima a Torre Trieste y abrimos nueva ruta a Cima del Bancon. Antes el libro de Dorawski “El hombre conquista las Himalayas” me pareció algo surrealista, ciencia ficción, pero ahora cada vez más tenía un pensamiento audaz, que algún día me encontraría en la montañas más altas.